La verdadera dimensión de un huracán no se comprende hasta que no se ve desde el espacio. Las gigantescas espirales de la tormenta, han fascinado desde el principio a los astronautas, que se han dedicado a fotografiarlas desde todas las perspectivas posibles. Lejos de ser una mera curiosidad astronómica, las imágenes han contribuido a comprender la formación de los huracanes, dado que aportan una tercera dimensión imposible de obtener desde el satélite.

Las imágenes tomadas desde la Estación Espacial Internacional, a más de 300 kilómetros de altitud, han sido las más útiles para los científicos, puesto que permiten observar con claridad las bandas que forma la tormenta en torno al eje central, así como la estructura vertical de las nubes.