Estás un día trabajando como ingeniero, experimentando con cohetes, le pides a tu ayudante que te eche una mano y resulta que por su culpa tu experimento resulta ser un desastre. Te enojas y te cabreas con el mundo y se te ocurre soltar «Si esta persona tiene una forma de cometer un error, lo hará». Voilà! acabas de crear una nueva ley de repercusión mundial. Conocida por muchos, odiada por otros tantos, la Ley de Murphy es sin duda la antonomasia de las leyes.
Sin tener fundamentos físicos como la mayoría de leyes tales como la ley de Ohm o las leyes de Newton, es especialmente odiada por cumplir a rajatabla sus principios enfatizando especialmente en los negativos. Murphy era una persona negativa, no la llegué a conocer pero si se echa un vistazo a sus conclusiones observamos que positiva lo que se llama positiva no lo era…
Su ley constaba de estos 10 pilares pesimistas:
1. Si algo puede salir mal saldrá mal.
2. Todo lleva más tiempo del que se piensa.
3. Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.
4. Si intuyes que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evitas, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad.
5. Cuando las cosas se dejan a su aire, suelen ir de mal en peor.
6. En cuanto te pongas a hacer algo, te darás cuenta de que hay otra cosa que deberías haber hecho antes.
7. Cualquier solución entraña nuevos problemas.
8. Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos.
9. La naturaleza siempre está de parte de la imperfección oculta.
10. La madre Naturaleza es una perezosa.